(Viene del post anterior 16/06/10)
Al igual que los trabajadores de la expedición protagonista, una asociación juvenil granadina trabaja en la creación y en mantener el nivel del Salón del Cómic y del Manga en Granada. Sin molestar a nadie, aunque a algunos el simple hecho de hacer bien un trabajo sea una molestia, y por el cómic y sus seguidores. Es entonces, al igual que en el film, cuando hace acto de presencia el “malo”, “La Cosa”, este parásito que imita la forma de la víctima con las peores intenciones, claro. En el caso del que hablo, los eventos de cómic y manga en Granada, aunque no es la única ciudad parasitada y si no que le pregunten a Jerez o a Madrid, “La Cosa” tenía la forma de mala imitación de evento, la misma estructura, pero sin contenido, a manos de una empresa cuyo único fin es aprovechar la trayectoria de su “huésped”, su trabajo de muchos años, su energía, para que, con el mínimo esfuerzo y el mínimo cariño hacia su obra, en el escaparate el resultado sea solo un espejismo, una artimaña, un engaño.
No creo que haga falta escribir mucho más sobre esta situación para dejar clara mi opinión, y la de muchos, me consta. “La Cosa” ha pasado de ser una molestia desagradable a no ser consciente de sus propias limitaciones. Mi conclusión es que, en no demasiado tiempo, este parásito va a perjudicar a todos los sectores del cómic/manga, desde los aficionados, hasta los libreros, pasando por los técnicos y profesionales. Desde aquí pido un momento de reflexión, para poder mirar un poco más lejos y medir las consecuencias, estamos todos en el mismo barco y no podemos dejar que “La Cosa” lo hunda en las gélidas aguas de la Antártida.
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